Identidad es una palabra de origen latino (identĭtas) que permite nombrar al conjunto de rasgos propios de un sujeto o de una comunidad. Estas características diferencian al individuo (o grupos de individuos) frente a los demás. La identidad también está vinculada a la conciencia que una persona tiene sobre sí misma.
Nación, en la actualidad, incluye dos representaciones: la nación política, que refiere al ámbito jurídico-político y a la soberanía constituyente de un Estado, y la nación cultural, que es una noción socio-ideológica más subjetiva y que hace referencia a una comunidad humana con ciertas características culturales comunes. De todas formas, en el lenguaje cotidiano se utiliza la palabra nación como sinónimo de país, territorio, pueblo y Estado, por ejemplo.
La nacionalidad es la condición particular de los habitantes de una nación. El concepto incluye nociones vinculadas a factores sociales, espaciales, culturales y políticos. La nacionalidad puede analizarse desde un punto de vista sociológico, pero también a partir de un orden jurídico-político.
La identidad nacional, por su parte, es una condición social, cultural y espacial. Se trata de rasgos que tienen una relación con un entorno político ya que, por lo general, las naciones están asociadas a un Estado (aunque no siempre sea así).
El concepto de identidad nacional integra los mejores elementos y tradiciones de las culturas étnicas existentes por medio de un proceso selectivo, que decide lo que se va a conservar y lo que se va a desechar, determinado desde la clase dominante. La mayoría de las sociedades latinoamericanas no están culturalmente unificadas, están marcadas por algunas diferencias que están acentuadas en los países con un importante componente étnico.
En la identidad nacional se visualizan dos polos diferentes de la realidad sociocultural: en lo público, como un discurso articulado, selectivo, confeccionado por instituciones y agentes culturales. Segundo: en la base de lo social, donde se expresan sentimientos (de forma implícita) desde diversos grupos ya que estos no siempre son bien representados en la esféra pública.
La transformación de las identidades y la forma en que se ha desarrollado la globalización están produciendo cambios en nuestras sociedades y en la cultura misma. Tenemos por un lado el proceso de globalización que tiene efectos negativos principalmente en los países en desarrollo como los nuestros, donde vimos que si bien se puede decir que algunos de los países de la región han crecido económicamente, no se puede decir lo mismo en materia de desarrollo social (pobreza, desigualdad, exclusión), político (debilitamiento de los estados y de las instituciones) y cultural (ataque a los pueblos originarios, discriminación de género, etc).
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